La corriente de aire
Se trata de favorecer la evaporación a partir de un medio húmedo expuesto a una corriente de aire.

Si cuelgas una bolsa de agua de lino o una vasija de arcilla que deje transpirar el agua (alcarrazas), o una cantimplora envuelta en un trapo mojado y los expones a una corriente de aire conseguirás bajar la temperatura de los lÃquidos que se encuentran en su interior. Este es un proceso conocido por nuestros antepasados de probada eficacia.
Bajo tierra
Pero para mantener frescos los alimentos es necesario construir una improvisada nevera. Cava un agujero en un terreno que (a ser posible) sea ya de por si fresco y húmedo. Aunque también debes procurar que éste no sea demasiado permeable.
Busca un lugar donde la vegetación sea más densa o donde haya más verde, o donde crezcan juncos, plantas aromáticas o musgo más que hierba.

Cubre generosamente el fondo y los lados del agujero con hierbajos, helechos, musgo y agujas de pino que habrás empapado previa y generosamente con agua.
Mete los alimentos en un recipiente de aluminio o acero inoxidable. Ahora deberás recubrir el agujero con hierbas verdes para proteger los envases del sol, teniendo cuidado de que no estén muy tupido e impidas asà la evaporación.
Tu "nevera" funcionará siempre que esté todo bien húmedo, por lo que deberás estar pendiente de rehumidificarlo todo cada cierto tiempo si ves que se reseca.
Las bebidas, frutas y verduras se conservarán asi perfectamente.